lunes, 31 de marzo de 2014

Beowulf de Santiago García y David Rubín

Si en la reciente serie "True detective" escribía sobre el mal, en ese caso personificado en una persona aparentemente corriente, en "Beowulf" incidimos sobre el tema, aunque extrapolándolo al terreno mitológico. En este caso se trata de la adaptación al cómic, del épico poema de lengua inglesa que data, dependiendo de las fuentes, de entre el siglo VIII y principios del XI.
¿Quién es el monstruo? La portada nos muestra a la bestia Grendel, o su madre, y sobre él, el contorno de Hrothgar, el hombre que quiere ser inmortal, ávido de fama y de gloria, un devorador de hitos. ¿Son la misma cosa? En absoluto.
"Beowulf" se puede dividir en dos grandes partes, separadas y unidas entre si, de manera formidable, mediante dos viñetas que generan una elipsis de cincuenta años. En la primera el joven Hrothgar sólo quiere alcanzar la gloria eterna, quedar inmortalizado como un generador de gestas épicas, que serán cantadas por los bardos y que nadie podrá olvidar. Para ello tendrá que enfrentarse a Grendel, el monstruo que asuela Herodot, y posteriormente a su madre en su propia guarida.
Una vez alcanzada la inmortalidad, cuando los años hacen mella en la persona, sólo queda la responsabilidad, el buen hacer del rey, que pone su vida en beneficio de la comunidad, eliminando el único peligro que pueda asolar el reino.
El cómic va al grano, y en él prima la acción, dejando a un lado las explicaciones y el mundo interior de los personajes, los conocemos por sus actos. Hay poca narrativa explicativa, el texto mayoritariamente lo conforma los diálogos entre los protagonistas. Por ello, es el contenido es que se apoya en el continente, de ahí las múltiples páginas donde la palabra desaparece en favor de la imagen o las secuencias de ellas.
Para ello es decisivo la composición de la página, siendo éste uno de los puntos fuertes de la obra. Desde el principio comprobamos que la linealidad/continuidad no existe, cada una de las páginas están concebidas de maneras distintas, ganando en complejidad a la vez que se desarrolla la historia. Si David Rubín ya había utilizado en su magnífico díptico "El héroe", elementos que aquí reaparecen - el uso de la ventanas explicativas dentro de las viñetas, la onomatopeya como figura dentro de la historia, una cinemática encadenada dentro de la página -, ahora da un paso más ofreciéndonos novedades. El tándem con Santiago García genera recursos que ayudan en una misma mirada, unificar presente y pasado - el espectacular inicio donde el terror se apodera de la felicidad -; dan al monstruo una mirada única con relación al resto de los presentes, sólo vemos masa muscular, sólo somos carne para él; el uso cromático en la historia, donde el rojo y sus variantes se llevan el papel principal.
Tras este espectacular y bestial cómic, habrá que seguir el paso a sus autores en sus próximas obras. Rubín como dibujante en "The rise of Aurora West" con Paul Pope y JT Petty, y a García como historietista de "Las meninas" junto a Javier Olivares.

jueves, 20 de marzo de 2014

Descubriendo nuevos mundos

Había muchas esperanzas depositadas en el nuevo álbum de Metronomy, "Love letters", pero parece que se han quedado en nada. Aún así, nada nos impide disfrutar de la deliciosa "I'm aquarius".

martes, 18 de marzo de 2014

La gran familia

La patrulla X, nada de X-Men del nuevo milenio, forman un conjunto de personajes inabarcables, así que intentar buscar las distintas y variadas relaciones sentimentales entre ellos se convierte en una acción temeraria, pero no imposible.

Estaba claro quien se llevaba la palma, je, je.

jueves, 13 de marzo de 2014

True detective, primera temporada

Nada hacía presagiar que la nueva serie de la HBO iba a alcanzar la gloria, aunque apuntaba alto desde el principio. Entre los pros se encontraban los dos protagonistas principales, el siempre competente Woody Harrelson (Martin "Marty" Hart) y la estrella del momento, Matthew McConaughey (Rustin "Rust" Cohle), el hombre que dejó la comedia boba para centrarse y hacerse actor con papeles como éste y sus apariciones estelares en películas como "Mud" y "El lobo de Wall Street".
En contra, los autores de la criatura, Cary Joji Fukonaga y Nic Pizzolatto, director y guionista, respectivamente. El primero sólo tiene en su haber la película "Jane Eyre", que no he visto y tendré que echarle el ojo, y el segundo era el guionista de dos episodios de la pésima serie "The killing"; así que se podía pensar que el proyecto se les iría de las manos. Craso error. Todos los defectos que tenía el guion de "The killing" - tramposa, acciones irracionales, inconsistencia -, se han transformado en virtudes - credibilidad, personajes definidos, verosimilitud -, y lo que nos muestra la sutil cámara de Fukonaga, va mucho más allá de bellos, densos, pantanosos, cenagosos y fabriles parajes sureños. Si a lo anterior le añadimos la música seleccionada por T Bone Burnett, el conjunto se vuelve excelso.
A nuestros dos detectives se les presenta el caso que les marcará para siempre sus vidas. Un chica desnuda, atada, de rodillas y con una cornamenta en su cabeza, situada frente a un árbol y rodeada de objetos que parecen pertenecer a un culto pagano, a un ritual esotérico. Resolverlo sólo les costará diecisiete años.
El tiempo que pasa desde la aparente resolución del caso y la aparición de otro cadáver, que presenta un formato similar. Gracias a ésto, la serie se podría dividir en dos partes, cuya primera se volvería a dividir en otras dos. En la primera veremos la (presunta) resolución del caso, gracias a un interrogatorio que se le realiza a Rust y Marty - aquí ya está presente el enfrentamiento, Hart siempre con el cristal a su espalda y Cohle con su friso- , mediante un montaje en paralelo donde iremos descubriendo poco a poco el desarrollo del caso, así como el de sus personajes. Aquí el espectador funciona como un ser omnisciente, la información que recibimos no es la misma que obtienen los encargados del interrogatorio; ahí está el sensacional episodio "the secret fate of all life", donde la captura Reggie Ladoux y su compinche nada tiene que ver con la realidad. Una vez terminado el interrogatorio, el rol del espectador es distinto, se abre un nuevo caso, en donde estamos a la expectativa, descubriendo nuevas pistas a la par que nuestros exdetectives.
A lo largo de la temporada comprobamos como nuestros protagonistas no podrían ser más antagónicos, siempre existe fricción y recelo entre ambos, aunque en el trabajo se complementen a la perfección. Rust es el ateo con convicciones, una especie de eremita en busca del significado de la vida; en cambio, Hart es el (supuesto) respetable padre de familia, un hombre lleno de inseguridades, al que le pierden las mujeres. Como nexo, Maggie Hart (Michelle Monaghan), la única persona que comprende por igual a ambos, para lo bueno y lo malo, y que se reservará para ella un protagonismo significativo.
Al final, todo se resume una lucha entre el bien y el mal, no el ficticio e inventado, aquí sale a relucir el mito de Carcosa; sino el real, el encarnado, donde un hombre se considera un dios capacitado con el poder de hacer lo que le dé la gana, obteniendo el placer mediante el terror ejercido sobre los demás. Una obra que no se realiza en un día, es una experiencia que se genera a lo largo del tiempo, mediante ensayos de prueba-error, donde el método se va mejorando, hasta alcanzar la perfección. Todo esto lo representa de manera inmejorable el último episodio, cuando nuestros protagonistas se adentran en la guarida de la Bestia, un templo formado por un laberinto de catacumbas que desemboca en una sala que nos recuerda al Panteón romano, donde lo frondoso da paso a una complejo donde todo tiene cabida, lleno de objetos extraños, de tinte satánico, creaciones ideadas desde el caos con un sentido último, la vanagloria del Mal. Unos minutos excelsos, cargados de tensión e incertidumbre, sólo comparables al otro hito de la temporada, los minutos finales de "who goes there", donde la pericia de Fukonaga tras la cámara, nos ofrece la huida de un tiroteo en un espectacular plano secuencia de siete minutos.
Pero el tandem Fukonaga-Pizzolatto, no nos quieren dejar un mal sabor de boca, hay final feliz y una conclusión: todo en la vida se reduce al amor y la luz siempre ganará a la oscuridad.

P.D.: ¿qué caso y que personajes nos traerán la segunda temporada? Se admiten apuestas.