miércoles, 30 de diciembre de 2015

martes, 29 de diciembre de 2015

The leftovers, segunda temporada

"Begin again" es el título sobre el que se asienta el póster promocional de la segunda temporada de "The leftovers", aunque una vez visionada ésta, sería más apropiado titularlo "born again". Más que una continuación de la anterior, nos enfrentamos - sí, aquí duele ver a nuestros protagonistas sufrir constantemente, sin respiro y (casi) sin alivio - ante un nuevo desarrollo basado en los personajes, a los cuales ya estamos familiarizados, de la fallida primera temporada.
Así que para ponernos en órbita desde el inicio, nada mejor que sorprendernos con el espectacular primer episodio "Axis mundi". No es únicamente que no veamos en pantalla a ningún personaje conocido, hasta que han pasado tres cuartas partes del episodio, si no que viajamos a un pasado prehistórico a semejanza de "2001: odisea del espacio" de Stanley Kubrick, extrapolando el monolito por un ave, que en vez de entendimiento, nos proporciona la vida. Tras el impacto inicial, y mediante un encadenado milenario, nos encontramos con tres chicas que se están bañando en el río de la ciudad de Jarden, sobre las cuales girará gran parte de la trama de la temporada. Una de ellas es Evangeline "Evie" Murphy, cuya familia tendrá un papel destacado.
Jarden es una ciudad sitiada por sus propios habitantes, ya que ha sido agraciada como la única del mundo, en el que el día de las Ascensión, ninguno de sus habitantes desapareció. Allí residen los Murphy, cuyo padre de familia, John, tiene un turbio pasado y un problemático presente; además de ser el jefe de los voluntarios de los bomberos, se cree con la potestad de ser la autoridad paralela en la ciudad, hace y deshace a su gusto. El resto de los componentes son Erika, como madre enfermera; Michael, como hijo predicador y, para finalizar, Virgil, el abuelo vidente y chamán, Lo mejor de todo es que convertirán, muy a su pesar, en los vecinos de la nueva familia Garvey.
La rivalidad entre ellos está servida desde antes de aparecer por el umbral de la puerta, esa tarta que aparece por arte de magia y cambia de manos ante la duda que genera, y se irá acrecentando en la medida en que se desarrolla la trama, alcanzando la mayor cota de tensión e intensidad en el duelo plano/contraplano que se tienen Erika y Nora, a costa de sus vástagos desaparecidos.
Otra de las patas importantes de la temporada se centra en Kevin y sus problemas mentales - subrayado por el tema "where is my mind?" de los excelsos Pixies -, amplificados por la aparición del fantasma de Patti. Aunque inicialmente no parece lo más consecuente con el nuevo rumbo que toma la serie, al final comprobaremos que sí tiene su justificación, a modo de exorcismo y renacimiento de nuestro protagonista, liberándose de todos sus fantasmas pasados.
Pero lo que realmente da empaque y consistencia dramática a la temporada, es que, esta vez sí, todo está conjuntado y cohesionado. Si en su primera temporada, los episodios en los que se centraban en un único personaje fueron los más sólidos y aquellos en donde se juntaban varios de ellos con múltiples desarrollos, parecía que no conducían a ningún sitio; ahora cada capítulo se dedica en la mayoría de su metraje a un único caracter. De esta manera, mostrando escenas que se repiten en ciertos capítulos, se van enlazando temporalmente a cada uno de ellos en una historia, que al igual que en la magistral tercera temporada de "The americans", todo sólo puede ir a peor.
También ayuda que se haya soltado el lastre que ofrecían los acólitos de la nueva orden de los Culpables Remanentes. Siguen siendo la (blanca) mosca cojonera, pero se les da un enfoque que los hace más temerarios. Su menor exposición hace que sus apariciones sean más contundentes, ahí están sus efectos secundarios en "off ramp", y cierta radicalización en la interpretación de sus postulados por parte de algunos de sus jefes, con Megan a la cabeza, les da una pátina de peligrosidad real.
Otro punto a su favor es que todos los elementos que se ponen sobre la mesa tienen un uso real. Atrás han quedado aquellos que, aunque inicialmente le aportan un componente enigmático, al no llegar a clarificarse, dejan sensación de vacío. Ahora no aparecen ni el cazador de perros, ni el número de National Geographic, ni el valor de los múltiples hijos del rey del abrazo Wayne, ni nada similar. Sin embargo, no significa que el mundo sobrenatural no haga acto de presencia, ahí está ese Paraíso hotelero, donde nada es lo que parece, y la posterior escapada al pozo de los deseos.
Es por ello que sólo se le pueda achacar a esta sensacional segunda temporada, un final con sabor a déjà vu. Si bien la bomba que maneja Megan, explota en un sentido en el que los habitantes de Jarden nunca esperarían; la vuelta al hotel por parte de Kevin decepciona, no parece lógico que haga el mismo trayecto en tan breve lapso de tiempo.
Es por todo lo anterior que estamos de enhorabuena. Aunque los índices de audiencia han sido bastantes bajos, la HBO ha firmado una definitiva tercera temporada.

lunes, 28 de diciembre de 2015

Pitchfork 2015

Al contrario que el año pasado, este 2015 que se nos está yendo, ha tenido una cosecha excelente, musicalmente hablando. El portal Pitchfork nos ofrece su lista de 50 mejores discos.
King Lamar.

viernes, 25 de diciembre de 2015

AV Club 2015

Ya estamos terminando el año, así que nada mejor que empezar a reparsarlo. El portal AV Club nos presenta sus elecciones en música, cine y series.
Las vírgenes suicidas.

lunes, 7 de diciembre de 2015

King Kong revisitado

Al igual que el magnífico disco "Currents", lo lisérgico de la música de Tame Impala se nos presenta en este espectacular vídeo, creado además por el colectivo patrio Canada.