domingo, 28 de julio de 2013

Utopía, primera temporada

El color amarillo chillón del póster de la primera temporada de "Utopía", me trae a la memoria al Smiley, el icono del acid house, que también aparece, esta vez ensangrentado, en el primer capítulo de la novela gráfica "Watchmen". Pues la mezcla de ambos, o su simbiosis, podría ser la definición perfecta, extrapolando a los superhéroes por simples frikis, de esta excelente serie.
Por un lado, el singular tono cromático que se utiliza en "Utopía", hace que destaque sobre todas sus competidoras. Nada de naturalista, todo lo contrario, los impactantes tonos fluorescentes y fosforescentes hacen que no puedas separa la vista de la pantalla, salvo a riesgo de colocarte. Si a lo anterior le añadimos una música que es una apisonadora techno, con la capacidad de desquiciarte cuando suenan los primeros acordes, el conjunto suma y sigue.
Por el otro lado, la idea de un mundo dirigido por una sociedad secreta, The network, cuyos tentáculos alcanzan todas las esferas de poder, sin saber quién es la persona a cargo de todo su andamiaje, ni cuáles son sus (aviesas) intenciones.
Y en el centro de todo, la segunda parte inédita del cómic "The utopia experiments", a estas alturas de temporada los libros ya han caído en el olvido, capaz de descifrar y desenmascarar el horror inminente, las claves de una nueva dictadura global.
Sólo un pequeño grupo de (des)conocidos son capaces de adivinar lo que se viene encima, poniendo su vida en juego. Para intentar resolver el puzle contarán con la ayuda de Jessica Hyde, de quien al principio poco sabemos y, al final, tampoco mucho más, aunque sigue siendo la clave la de todo.
Podría entrar más a fondo en lo que se puede ver en los imprescindibles seis episodios de esta temporada: una violencia indisimulada, macabra y brutal ejercida por un desquiciado Arby (un espeluznante Neil Maskell), un fin que ¿justifica? los medios, las (in)filtraciones del poder, la medicina como arma de ataque o quizás de defensa, la compresión de lo irrazonable, ... Pero también la factura técnica, los espectaculares planos fijos medios donde siempre aparece un coche circulando por la carretera, el martillo pilón sonoro, un guión enrevesado y desconcertante que no se lía, ... "Utopía" ha roto el molde de lo convencional, sólo tienen que verla y disfrutarla.

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