lunes, 13 de enero de 2014

The grandmaster de Wong Kar-Wai

El resurgimiento (y nuevo enfoque) del género wuxia, para los legos en la materia, los de artes marciales, se produjo con la memorable "Tigre y dragón" de Ang Lee. Después fue Zhang Yimou quien no quiso quedarse atrás y filmó "Hero", "La casa de las dagas voladoras" y "La maldición de la flor dorada", donde el estilo pictórico y colorista mostraban la impronta del director. Ahora es Wong Kar-Wai quien ha decidido que su estilo también tiene cabida en este género.
Sí, "The grandmaster" es una película de kung-fu, y por ello las peleas son necesarias, tanto de tropecientos contra uno, como las de uno contra uno. Todas ellas están rodadas de manera exquisita, unas excelsas coreografías, donde las múltiples perspectivas y la diversidad de los encuadres, nos genera la sensación de estar inmersos en esa batalla, tanto física como espiritual. Aquí el autor se anota el primer tanto, donde no es sólo importante lo que se ve, sino lo que significa ese arte.
Pero el gran aporte de Kar-Wai es el tema que vertebra su filmografía, el amor inalcanzable. Aunque el hilo de la película sea la vida de Ip Man, no sólo se centra en lo que consiguió, sino en lo que nunca le fue correspondido, el amor de Gong Er. Un amor no consumado en su pelea del burdel, donde la cercanía de sus cuerpos se enfrenta a la lejanía de sus sentimientos. Un melodrama, donde un botón tendrá el mismo protagonismo que los intérpretes. Si a ésto le añadimos esos planos estáticos marca de la casa, donde lo inerte cobra vida, el montaje desestructurado y la música, la autoría está plenamente definida.
Si  el año pasado "The master", de Paul Thomas Anderson, abrió la temporada de manera magistral, "The grandmaster", intenta igualarlo.

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