jueves, 10 de abril de 2014

El desconocido del lago de Alain Guiraudie

En los pueblos de interior, cuando aprieta el sol, no hay nada mejor que irse al pantano o, en este caso, al lago, para refrescarse y disfrutar de la naturaleza. Ésto es lo que hacen nuestros protagonistas de "El desconocido del lago", lo que ocurre es que ellos se sitúan en la otra orilla, allí donde no se juntan el grupo de amig@s o la familia; es el coto cerrado del que disfrutan los homosexuales.
Un lago, y sus alrededores, que actúan como el eje central de la historia. Si la zona acuática y su orilla se convierte en un espacio diáfano y visible para sus ocupantes, donde ver y ser visto es primordial; el bosque que lo circunda es el lugar donde dan rienda suelta a sus actividades sexuales, bastante explícitas en la pantalla, parapetándose en la frondosidad de los pinos.
Pero la normalidad de la comunidad se verá rota a raíz de un asesinato de uno de sus componentes, acto que presencia, en la lejanía y oculto tras la flora, Franck (Pierre de Landonchamps). El problema es que el asesino es Michel (Christophe Paou), la persona de la que se ha enamorado. Es en este momento cuando Alain Guiraudie posiciona a Franck en su dilema moral, tan propio en las obras del gran Osamu Tezuka, delatar o amar. Ante esta disyuntiva, apremiada por la aparición del policía que investiga el caso, se enfrenta nuestro protagonista.
Así será Hernri (Patrick Dassumçao), el tercer vértice del triángulo y la persona que no se integra en ninguna de las dos orillas y confidente de Franck, el que haga saltar por los aires la figura geométrica.
Guiraudie, presenta de manera naturalista, sin banda sonora y sin luz artificial, su primera película en España, sexta de su carrera, de manera admirable.


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