El que fuera seguidor de Mercury Rev y escuchase este "Deserter's songs", podía decir claramente que le habían cambiado de grupo, ése no era el que él escuchaba. El grupo de noiserock al que estba acostumbrado, no había evolucionado hacia un nuevo sonido, no, había dado un giro de 180º y se había reinventado; es un grupo totalmente nuevo, montado en una ola lisérgica y psicodélica, que habita en un mundo onírico, donde se puede levitar hasta el infinito. El cambio principal se le debe achacar Dave Fridmann, que aún siendo el bajo del grupo, se posiciona como coproductor del disco, convirtiéndose con esta jugada en uno de los más destacados de finales del siglo XX y principios de la década siguiente.Partiendo del tridente inicial del disco, "holes", "tonite it shows" y "endlessly", todo suena diferente, nos encontramos flotando en el espacio a la vez que inundados por múltiples arreglos de vientos, melotrones y hammond B3 que nos acompañan el resto del disco; todo liderado por la voz en falsete de Donahue y los estupendos coros angelicales que le secundan. Después aparece "I collect coins", el primero de los tres temas instrumentales, que rompe con la dinámica del disco; estos instrumentales son el negativo del resto de los temas, de la luz se pasa a la oscuridad, son canciones tenebrosas, lúgubres, incluso terroríficas. Al final del disco encontramos "the funny bird" una canción reposada e introvertida que nos lleva al clímax final donde "delta sun bottleneck stomp" hará que todo salte por los aires y sólo quieras bailar hasta el fin de tus días.
Un disco que marca época. "Space is the place".
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