sábado, 15 de septiembre de 2012

The deep blue sea de Terence Davies

Al inicio de la película, un travelling nocturno nos sitúa en Londres alrededor de 1950, y éste se desplaza desde un callejón donde un edificio está ardiendo hasta la ventana del piso donde vive Hester Collyer (Rachel Weisz), la cual se encuentra en ella mirando al infinito con la mirada perdida hasta que cierra las cortinas. La película finaliza con el mismo travelling pero en sentido contrario, y además todo ha cambiado, ahora las cortinas se abren, es de día y el incendio ya ha consumido el edificio. Todo ha cambiado en ese pequeño intervalo de tiempo.
En la adaptación que realiza Terence Davies sobre la obra de teatro de Terence Rattigan del mismo nombre, todo está perfectamente realizado y encaja a la perfección, como un buen reloj suizo. La obra se basa en un triángulo amoroso que forman Hester, la esposa que deja a su marido, el juez Sir William Collyer (Simon Russell Beale), y el mundo lleno de comodidades que le ofrece, por el piloto Freddie Page (Tom Hiddleston) donde la supervivencia es una odisea. Para dar ese gran paso sólo puede haber un motivo, el amor.
Pero el autor nos muestra el amor desde todos los puntos de vista a través de unas estupendas interpretaciones. El juez que sigue enamorado y desea y hará todo lo que tenga al alcance de su mano para que su mujer vuelva con él, Hester que ha dejado todo atrás para estar con el hombre al que desea, aunque sea contraproducente, y el del antiguo amante y ahora compañero, que aún deseandola tiene otras prioridades en su vida.
Para dar mayor empaque a lo anterior Davies, se ayuda de unos estupendos flashbacks que nos ponen al día de cómo se rompieron unos lazos para crearse otros.
Pero el resultado global no es satisfactorio, la gelidez de las relaciones, la manera de comportarse en momentos de máxima tensión de manera apocada y tibia - salvamos los arrebatos ocasionales de Freddie -, hacen que no sea creíble y te desentiendas de lo que ves en la pantalla, no eres capaz de involucrate en la historia, por lo que todo lo bueno que contiene "The deep blue sea" se desvanece.

1 comentario:

  1. Por fin coincidimos. Efectivamente en "The deep sea blue" encontramos unas magnificas interpretaciones, con una más que guapísima Weisz, una fantástica fotografía, dando una muy acorde ambientación a toda la película, una estupenda ambientación, valga la redundancia, especialmente en esos envidiables pubs de los 50, una música muy bien elegida, aunque escasa y además ahorrándose un compositor (aunque si a quien tenemos que oír es Barber bien merece la pena), unos maravillosos movimientos de cámaras, un buen guión, unos buenos diálogos (a excepción de la escena en la que tras el intento de suicidio de Hesler, Freddie se comporta de una manera bastante absurda a las puertas del pub, a mi modo de ver), una obra definitivamente muy teatral en su más literal acepción (y esto lo digo como algo positivo, me encantan las buenas obras de teatro bien adaptadas al cine), buen vestuario, buenos decorados, buen maquillaje,... Todo eso y mucho más pero... aburrida, aburrida, aburrida, aburrida, aburrida, aburrida, aburrida, a...bu...rri...da..., a...bu.......rri..........daaaaa..... uaaaaah.
    Por poner un pero más, creo que los flashbacks más que ayudar a entender, te ayudan a "liarte".
    Y por cierto, al menos en la versión que yo he visto no hay ningún edificio en llamas al principio, y sí en cambio un lechero al final que ni entiendo de dónde viene ni como ha conseguido dejar la leche que ya ha recogido la dueña de la casa.

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