jueves, 3 de enero de 2013

Homeland, segunda temporada

Cuando finalizó la sensacional primera temporada de "Homeland", muchos se preguntaron, entre los que me incluyo, si lo mejor no hubiera sido que el marine Brody hubiera explotado (con) su chaleco y todo hubiera acabado ahí, con unos fuegos que poco tendrían de artificiales y sí mucho de devastadores.
Sólo nos quedaba esperar a que empezara la segunda temporada - con la mosca detrás de la oreja -, dudando si los guionistas serían capaces de, al menos, no caer en un espectáculo que caminase por lugares comunes, transitados y predecibles. Afortunadamente no ha sido así y la espera ha merecido la pena.
Han pasado seis meses desde que Carrie Mathison entrara en terapia, tiempo suficiente para que Nicholas Brody se haya metido de lleno en política, convirtiéndose en congresista y haciendo que su popularidad subiese como la espuma. Es por ello que su partido quiere sacar tajada de esta situación y el vicepresidente William Walden - no olvidemos que es la persona que autorizó el bombardeo con drones y, por tanto, el ser más odiado por Brody -, le ofrece ir de segundo en su carrera presidencial. Primer dilema moral para nuestro protagonista.
Pero éste, al contrario que otros muchos que le asaltaran a lo largo de la temporada, tendrá una fácil y rápida respuesta. Ante la presión que ejerce Abu Nazir sobre él, solicitando nueva y clasificada información, no le queda más remedio que utilizar su ascendente sobre Walden. Su nuevo contacto será Roya Hammad (Zuleikha Robinson), una periodista que se mueve con soltura por el medio y que no levanta ningún tipo de sospecha.
Mientras tanto, Carrie ha sido despedida de la Agencia y se ha buscado un trabajo con mucha menos presión, de cualquier tipo, para seguir adelante. El problema es que se vuelve necesaria para una operación en Beirut. Una antigua recluta sólo quiere tenerla a ella como interlocutora válida, no se fía de nadie más, ya que la información que va a entregar es tan valiosa que compromete a su propia vida. Y son los efectos colaterales de esta operación, gracias a la audacia, valentía y, sobre todo, inconsciencia, de Carrie, lo que hace que la pareja no tenga más remedio que reencontrarse.
Ese cliffhanger, por el que muchas series suspirarían y matarían para un final de temporada, se produce en el segundo episodio, haciendo saltar la banca. A partir de aquí nos subimos a una montaña rusa, donde nunca sabemos si bajamos, subimos o estamos un bucle infinito, haciendo que el espectador no tenga más remedio que estar totalmente atento a la pantalla para no perder detalle, y aún así siempre son capaces de sorprendernos con un nuevo giro inesperado, pero no inverosímil.
Si en la primera temporada era la agente Mathison la que llevaba el mayor peso en la pantalla, ahora le toca el turno a Brody, al que llegan a convertir en una simple marioneta en manos de Abu Nazir y de la CIA. Es un hombre acorralado por su pasado, privado de libertad, hundido en un pozo abisal del que no es capaz de vislumbrar luz alguna. Es exprimido de todas las maneras y su único punto de apoyo, su tabla de salvación, es Carrie, la única persona que es capaz de comprenderlo, ya que posiblemente el uno sea la imagen que el otro ve de si mismo en un espejo. Ésta volverá a ser la base sobre la que se asienta la temporada, una historia de amor sui generis, junto a la trama del inminente ataque terrorista en suelo estadounidense.
A lo anterior hay que añadirle otras secundarias, donde destacan la compleja convivencia familiar de Brody tras su vuelta a casa y relación entre Dana, gran Morgan Saylor, y el hijo del vicepresidente. Pero esta última no aporta nada a la temporada, el único borrón junto al irrisorio y falto de credibilidad penúltimo episodio "the motherfucker with a turban", salvo en su uso moralizante: las relaciones de poder y las apariencias se enfrentan a la ética.
La segunda temporada de "Homeland" confirma las expectativas creadas, certificando que no fue flor de un día, y nos depara una apasionante tercera temporada donde Saul, el tercer vértice del triángulo, tiene pinta de acaparar el papel protagonista.

P.D.: ¿Qué ha sido del topo que había en la primera temporada?

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