martes, 13 de septiembre de 2011

La piel que habito de Pedro Almodóvar

Pedro Almodóvar siempre ha sido un genio a la hora de promocionar sus películas; antes, durante y después de estrenarlas. Otra cosa es lo que nos encontramos los espectadores, para ver una buena, desgraciadamente has tenido que tragarte cuatro o cinco insufribles, lo cual no dice nada bueno del director.
Almodóvar siempre se ha movido entre la comedia y el melodrama, obteniendo mejores resultados en el primer género, pero ahora cambia de tercio y se sumerge en el thriller, con un resultado nada alentador. Y esto se nota en los pasajes fundamentales de la historia, que además de ser poco creíbles, no logran aferrarte a la butaca debido a la tensión del momento, sino que se te escapa una risita que delata que la distancia entre lo sugerido y lo mostrado es insalvable. El final es clarificador, cuando una escena de alto contenido dramático parece cómica, es que el experimento ha fracasado.
Todo comienza en la mansión rural de Robert Ledgard, eminente cirujano especializado en transplantes de piel, donde en una habitación del complejo se encuentra encerrada y aislada del exterior Vera, una chica que tiene un parecido más que razonable con su difunta esposa, cuya muerte se produjo como consecuencia de las quemaduras de un accidente de coche.
A raíz del accidente, Robert empezará a trabajar en solitario en la clínica y laboratorio privado que también posee en su finca, para obtener una piel que sea inmune a las quemaduras, siendo Vera la paciente sobre la que experimenta. Y aunque la temática pueda sonar a Frankenstein, crear a partir de la nada, tiene más puntos de conexión con "Vértigo", donde modelar a una persona en tu desaparecida amada, para después volver a perderla, sólo está al alcance de genios como Hitchcock.
La vida de Robert y su hija tras la muerte de su mujer y cómo ha llegado Vera convertirse en un conejillo de indias y, como consecuencia, a verse privada de libertad, serán los motores sobre los que gira la historia, que poco a poco irá desvelando los secretos.

2 comentarios:

  1. ¡Ya te lo dije! El día que me hagas caso... ;)

    Monito

    ResponderEliminar
  2. Es que yo creía que me lo decías de oídas, no me esperaba que a la jungla llegara Pedro.
    De todas maneras, para dar la opinión tenía que verla, no es lícito escribir sobre algo simplemente por lo oído/leído.

    ResponderEliminar